Dos

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Perdóname.
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Detente aquí, frente a mi. Permíteme tomarte de los hombros y mirarte directo a los ojos. Mírame. Tócame. Soy tan real como tú, porque así quiero ser: real para tí.
Tal cual así soy, con cicatrices y suavidades, con problemas y resoluciones, con pensamientos y actitudes habituales, malas ideas y aciertos, con secretos y mi alma abierta.
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Perdóname.
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Veo que quieres partir, intuyo que no me llamarás y no sé si me importará. Tal vez mañana pensarás en mí y no sé si será un buen recuerdo, pero el ego me recompensará al creer que serán buenos.
No sé si te llamaré, si volveré a entregarte mi cuerpo, ni la realidad de mis instantes.
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Y perdóname.
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Pero te vuelvo a repetir, así tal cual soy: con cicatrices y suavidades.

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